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Derek Hodson y “El Trabajo de laboratorio como Método Científico”: 3 décadas de confusión.

Lean el siguiente texto de Derek Hodson y respondan las preguntas que figuran debajo:

El Trabajo de laboratorio como Método Científico: 3 DÉCADAS de confusión (Derek Hodson)

La justificación que dan los profesores y diseñadores de currículo para solicitar más fondos, tiempo, energía y recursos para los trabajos de laboratorios de ciencias, es que con ellos se logra que los estudiantes adquieran experiencia y práctica en el uso del método científico. Este trabajo analiza la naturaleza cambiante de los trabajos de laboratorio, desde la década del 60 hasta el presente. Es decir desde el aprendizaje por descubrimiento, el enfoque de procesos hasta el constructivismo contemporáneo; y argumenta que en todos ellos se malinterpretó la naturaleza de la investigación científica.

Finalmente se hacen algunas sugerencias tendientes a reorientar los trabajos de laboratorios, con la finalidad de acercar una imagen más adecuada de lo que es actualmente la práctica científica.

Algunas veces es conveniente pensar la educación en ciencia como compuesta por tres tipos de criterios:
Aprender ciencia- adquisición y desarrollo de conocimiento conceptual y teórico.
Aprender sobre ciencia- desarrollo y comprensión de la naturaleza y métodos de la ciencia, y toma de conciencia de las complejas interacciones entre ciencia, tecnología, sociedad y medio ambiente(o entorno)
Hacer ciencia- compromiso y especialización en investigaciones científicas y la resolución de problemas.

Aunque el trabajo de laboratorio tiene un rol prominente en el cumplimiento de los tres objetivos, este artículo se interesa en ayudar a los estudiantes a comprender la naturaleza de la ciencia y proveer experiencia en la investigación científica.

Durante la década del 60, se diseñó un buen número de nuevos currículos para que los estudiantes descubrieran el conocimiento conceptual a través de actividades diseñadas para imitar/simular la investigación científica.

Los estudiantes aprenderían ciencia haciendo ciencia. En épocas más recientes, el conocido Enfoque de Proceso ha subordinado el “aprender ciencia” al “aprender sobre ciencia”, y ha intentado promover el punto de vista de que la ciencia comprende un procedimiento riguroso, algorítmico que es universalmente aplicable. Más recientemente, los enfoques constructivistas para el aprendizaje de la ciencia se han vuelto prominentes en la medida que los docentes y los diseñadores de currículos han buscado centrar el aprendizaje en la comprensión y la experiencia personal individual de los estudiantes. Este articulo argumenta que los tres movimientos han representado muy mal la naturaleza de la investigación científica y por lo tanto han contribuido sustancialmente a que los estudiantes malinterpretaran la ciencia

El surgimiento del aprendizaje por descubrimiento

El principal ímpetu en promover el aprendizaje por descubrimiento en Gran Bretaña durante los 60 fue la noción “progresiva” del aprendizaje centrado en el niño, considerando que el aprendizaje orientado como una investigación, es muy parecido a las “formas naturales de aprender de los niños”.

Durante mucho tiempo, se sostuvo la creencia que los niños, eran fuertemente motivados, si se les permitía realizar experiencias orientadas como una investigación. Además, se sostenía que los niños, aprendían mayormente realizando actividades de tipo similares a un juego y no estructuradas. Piaget popularizó el criterio de que la observación e investigación no estructurada y auto direccionada por el propio aprendiz, tiene lugar mediante una serie de etapas antes de llegar a los sofisticados procesos de razonamiento formal.

Era tal la frecuencia con la cual, el razonamiento abstracto, era precedido por una etapa operacional, en la cual la comprensión se basaba en una acción en sí misma, que parecía innegable, que el aprendizaje de la ciencia debía basarse en investigaciones realizadas e impulsadas por las preguntas y los intereses de los estudiantes.


En los Estados Unidos, el principal impulso vino de los trabajos de Jerome Bruner y Joseph Schwab. En su influyente ensayo “La Enseñanza de las ciencias como Investigación”, Schwab (1962) fijó una agenda para el currículo de la ciencia en la que pone el énfasis en la investigación científica, en el contenido y en el método como la solución de lo que el percibía, una crisis en la educación científica americana.

Argumentaba que las experiencias de laboratorio deberían preceder las instrucciones de clase y que el manual de laboratorio debería dejar de ser un volumen que le dice a los estudiantes lo que tienen que hacer y “que se espera”, para ser reemplazado por materiales permisivos y abiertos que apunten a áreas en las que se puedan encontrar problemas .

De la misma forma en que los científicos logran sus objetivos en gran parte por medio de la observación y experimentación, se creía que el aprendizaje de la ciencia también se lograba mejor de esta manera. Se creía que la mejor manera de aprender las ciencias era por medio de actividades basadas en un modelo de investigación científica.

Desafortunadamente, los cursos de Nuffield en Gran Bretaña, y los cursos como BSCS, PSSC Y CHEM en USA, combinaron esta hipótesis/suposición problemática fusionando los enfoques progresivos centrados en el niño, que ponen énfasis en la experiencia directa y el aprendizaje a través de la investigación, y el descubrimiento, con las ideas inductivistas obsoletas, acerca de la naturaleza de la investigación científica.

Lo que había comenzado como una justificación psicológica del aprendizaje a través del descubrimiento, se había deslizado en una cuestión epistemológica.

Desafortunadamente, el enfoque de la ciencia estimulada por el aprendizaje a través del descubrimiento se distorsionó por basarse en una serie de suposiciones erróneas acerca de la prioridad y seguridad de las observaciones.
• La Ciencia se inicia a partir de la observación
• Las observaciones científicas son confiables y desprejuiciadas.
• La observación produce información objetiva, libre de valores
• Las generalizaciones, hechos y leyes surgirán de toda esta información
• Las explicaciones pueden ser inducidas en la forma de principios y teorías a partir de estas informaciones.
• Estas teorías pueden confirmarse en forma directa, sin ambigüedades por medio de más observaciones y experimentaciones.

El trabajo de laboratorio fue visto como un medio de obtener información/data fáctica, a partir de la cual se sacarían conclusiones y eventualmente explicaciones. Se suponía (por el modelo inductivista de ciencia en el cual estaba basado), que esta información es pura y libre de contaminación de los prejuicios del observador, y que se puede organizar de forma tal que conduzca directamente al conocimiento confiable del mundo.

El espacio no permite consideraciones de las insuficiencias del modelo inductivista de ciencia inherente al aprendizaje a través del descubrimiento (Duschl,1988,1990; Hodson, 1985; Millar Driver, 1987).

Es suficiente decir que los filósofos y sociólogos de la ciencia han dejado de lado tales puntos de vista de la ciencia como representaciones de las formas en las que los científicos reales proceden.

¿Qué ocurrió en la práctica?

No solo el aprendizaje a través del descubrimiento es filosóficamente defectuoso (por estar basado en un falso modelo de ciencia), sino que es pedagógicamente impracticable. Por ejemplo, al principio en los cursos de Física de Nuffield, a los estudiantes se les daba una palanca, un fulcro y algunas pesas, y se los invitaba a explorar y descubrir cualquier cosa. No se enunciaba ningún problema particular; ni se recomendaba ningún procedimiento.

“Descubran lo que puedan sobre el equilibrio de un sube y baja, con el arreglo de pesas.Vean si pueden descubrir algún patrón de equilibrio que pudieran decirle a otras personas”. (Nuffield Physics, Teachers Guide I, p186, 1967).

Se cree que la Ley de Momentos simplemente surgirá de una exploración sin dirección y con final abierto. Nada podría estar más allá de la verdad. Primero, el sistema no se equilibra de la forma en que los estudiantes esperan porque el pívot esta por debajo del centro de gravedad. Si las pesas se suspenden por debajo del pívot, como en un conjunto de balanzas, el astil se equilibrará. No obstante, hay poca probabilidad de que los niños descubran esto por sí solos.

Segundo: los niños tienden a distribuir las pesas en forma irregular a lo largo de toda la extensión del astil. La complejidad de esta disposición oscurece la relación simple que se busca. Como consecuencia, los docentes comienzan a dar recomendaciones acerca de cómo simplificar el problema y elaborar instrucciones para una mejor forma de proceder.

Cosas similares ocurren cada vez que se les presenta a los niños este tipo de situación de final abierto. También está el problema de que muchos llamados “experimentos” no dan los resultados requeridos para alcanzar los objetivos curriculares relacionados con los contenidos. Los niños pueden cometer errores al observar, medir o registrar, tener accidentes, perder el interés o no poder terminar.

Pueden distraerse por el bullicio y el ruido de la actividad; pueden sumergirse tanto en los detalles prácticos de lo que están haciendo que pierden el significado conceptual del mismo.

Como nos recuerda Dearden (1967, p 153):
Un método de enseñanza que genuinamente deja las cosas abiertas al descubrimiento también deja necesariamente abierta la oportunidad para no descubrirlas.

Muchos docentes respondieron a los problemas pedagógicos del aprendizaje a través del descubrimiento involucrándose en lo que se conoció como el descubrimiento “guiado” o “dirigido.”

El docente guía la discusión de la clase acerca del experimento que se va a llevar a cabo; orquesta el diseño de ese experimento, usa aparatos que ha llevado y puesto sobre el banco, camina por la clase, dando recomendaciones a los “experimentadores” acerca de las técnicas, el reconocimiento y registro de las observaciones significativas, e ignorando o reformulando otras, y guía la discusión de la clase para lograr el descubrimiento de los principios teóricos subyacentes a ser usados en la explicación de los resultados.

A través de estas actividades, el docente simula que la clase está embarcada en una investigación de final abierto y deliberadamente suprime (por un momento) el conocimiento que usó al planear la investigación. Lo que propende a ser una investigación conducida por los estudiantes termina siendo una sutil, pero muy poderosa forma de dirección y control docente.

Establecer una situación que demanda ser conducida por los estudiantes y con final abierto, pero que en realidad, exige un resultado particular es confundir aprender ciencia (que tiene un resultado definitivo en mente) con hacer ciencia (que no lo tiene).

Mientras que es relativamente fácil ver cómo y por qué los que desarrollaron currículos en 1960, sin el beneficio de las perspectivas contemporáneas de la filosofía y la sociología de la ciencia o los hallazgos de investigaciones recientes acerca del aprendizaje de la ciencia en los niños, inclinados hacia el aprendizaje por medio del descubrimiento orientado en forma inductiva; es mucho más problemático explicar por qué algunos educadores en ciencia continúan avocados a este enfoque.

Pareciera haber varios factores que contribuyen a esto. Primero, su aparente simplicidad. El punto de vista “perspectivista” de la ciencia, encapsulado en el aprendizaje por medio del descubrimiento es más directo que otros modelos de ciencia y, por lo tanto, algunos docentes lo perciben más fácil de seguir por los niños.

Hay evidencia para sugerir que los docentes que adoptan modelos alternativos con grupos de excelentes habilidades vuelven a puntos de vista inductivistas con aquellas clases percibidas como menos capaces.

Segundo, la respetabilidad pedagógica de los métodos centrados en el niño que por tener características lingüísticas comunes (investigación, indagación, observación, descubrimiento, etc.) aparentan favorecer un modelo inductivista de la ciencia. (Harry y Taylor, 1983).

Tercero, los puntos de vistas inadecuados del docente acerca de la naturaleza de la ciencia, que derivan de sus propias experiencias de aprendizaje en los cursos de ciencia en la escuela o la universidad y son reforzados por la mitología de los libros de texto en ciencias y materiales curriculares (Cawthron y Rowell, 1978; Nadeau y Desautels, 1984; Smolicz y Nunan, 1975).

Cuarto, la comodidad derivada de una creencia en un método científico distintivo, o un algoritmo preciso, para conducir investigaciones científicas. Es esta motivación particular que en parte, sustenta el tan llamado Enfoque de Proceso para la enseñanza y aprendizaje de la ciencia.

Los Orígenes del Enfoque del Proceso.

El enfoque “hands–on” para aprender ciencia comenzó en el Reino Unido a principios de los 70 y se extendió a cursos para un campo de habilidades y un grupo por edades más amplio que los cursos más bien elitistas, como el nivel-0 (Ordinary Level) perteneciente al GCE (General Certificate of Education) de Nuffield, dando como resultado desarrollos tales como La Ciencia Secundaria de Nuffield, La Ciencia Joven de Nuffield y La Ciencia del Consejo de Escuelas 5-13. (Nuffield Secondary Science, Nuffield Junior Science, and the Schools Council’s Science 5-13).

Estos cursos fueron más abiertos que los anteriores y la adquisición de un conocimiento conceptual particular fue visto menos importante que la comprensión y el desarrollo de habilidades y técnicas de indagación científica (Woolnough, 1988), dando inicio a iniciativas tales como
“Warwick process Science”, “Science in process” y “Active Science”.

La raíz común, al menos en cuanto a iniciativas dirigidas a las escuelas primarias en el Reino Unido, fue la centralización del aprendizaje activo en el niño, en particular la noción de que los niños son científicos naturales: Pensar en forma científica proviene naturalmente de los niños”.(Raper & Stringer, 197, p26).

Si los niños piensan como científicos o por decirlo de otro modo, el pensamiento del científico es esencialmente como el del niño, se desprende la idea de que el currículo construido en concordancia con el modo de proceder científico capitaliza las formas naturales de aprendizaje del niño, mientras simultáneamente provee más investigación en la indagación científica.

La resolución de problemas prácticos de los niños es esencialmente una forma de trabajo científico., de modo que la tarea en la escuela no es la de enseñar ciencia a los niños, sino más bien utilizar el modo científico propio de los niños como una potente herramienta educativa. Sus propias preguntas parecen ser las más significativas y con frecuencia resultan en una investigación cuidadosa.

Este tipo de creencia condujo a un desarrollo de lo que muchos llamaron “ciencia de contenido libre”. El argumento era que ya que no hay un cuerpo particular de conocimiento que pueda ser considerado esencial para la escuela primaria, no hay razón por la cual diferentes niños no debieran estudiar diferentes tópicos, por preferencia, aquellos en los cuales han expresado un interés particular.

Fue considerado muy importante el valor motivador de elegir sus propios intereses y la experiencia de la ciencia como un proceso, como un conjunto de actividades.

Los conceptos surgen “automáticamente” del compromiso en los procesos y son de poca significación.

El contenido es de relativa importancia en esta fase. Lo que es importante es la situación a la cual se le aplica la lógica (Hayes 1982). Esta noción de la escasa importancia del contenido es tan fuertemente sostenida que Hayes concluye su argumento con la sorprendente aseveración de que “las habilidades implícitas en un enfoque científico de los problemas pueden enseñarse en forma tan efectiva en historia, matemáticas, o estudios sociales, o podrían ser seleccionados/tomados por los alumnos como un juego.”

¿Por qué, entonces, uno se tienta con preguntar y se molesta en enseñar ciencia? En años más recientes, la noción de que los procesos de la ciencia deberían tener prioridad sobre el contenido se ha trasladado a la escuela secundaria.

Wellington (1989) aporta un contexto histórico al crecimiento de tales cursos en Gran Bretaña, citando un número de factores causales, que incluyen la percepción de que “el currículo orientado en el contenido ha fracasado”, el crecimiento del movimiento La Ciencia para Todos (necesitando un enfoque menos demandante), la tan llamada “explosión de información” (que da como resultado la redundancia inicial de información científica y por lo tanto, menos demanda de que sea conocida), el desarrollo de la tecnología de la información (que hace innecesario para el estudiante manejar un gran cuerpo de conocimiento) y la creencia en la noción de que los procesos de la ciencia son genéricos y transferibles (y por lo tanto, son más importante que el conocimiento).

Otro impulso en el movimiento del proceso, que no es tenido en cuenta por Wellington, es el impacto de la evaluación, especialmente el interés en la evaluación del trabajo práctico.

En los últimos años, se ha focalizado considerable atención en la necesidad de desarrollar estrategias y procedimientos efectivos y eficientes para la evaluación del trabajo de laboratorio de los estudiantes, bajo la concepción de que solamente cuando los aspectos prácticos de la educación en ciencia sea recompensada por medio de calificaciones y notas los docentes le darán a estas actividades la prioridad curricular que muchos creen deberían tener.

La necesidad de proveer procedimientos e instrumentos para evaluar la habilidad de los estudiantes para comprometerse en la investigación (indagación) científica ha alimentado el impulso de especificar, en detalles analíticos, lo que comprende la indagación (investigación científica).

Cuando tales procedimientos e instrumentos tienen que ser capaces de utilizarse con cualquier currícula de la ciencia o todas (estas iniciativas existieron antes de establecer la Currícula Nacional en Inglaterra y Gales), el ímpetu hacia un currículo basado en procesos percibidos como genéricos (y, por lo tanto, generalizable y transferible) se intensifica.

Iniciativas americanas

Robert Gagne (1963) propuso que el propósito de la educación en ciencia, visto como al que los estudiantes le puedan emplear la indagación de un modo bien conocido por los científicos, debería ser principalmente reconocido con tres sub-objetivos: asegurarse de que los estudiantes adquieran (i) actitudes de indagación, (ii) los métodos de indagación, y (iii) comprensión de la indagación (investigación).

Estos sub-objetivos deberían entonces estar sujetos al análisis de tareas a fin de proveer una descripción clara y no ambigua de las actividades de los científicos investigadores.

El usa el análisis vertical (de arriba hacia abajo) de los comportamientos terminales (finales) deseados para construir una jerarquía de aprendizaje de objetivos para la educación en ciencia en varios niveles de escolaridad, eventualmente llegando a objetivos para escuelas primarias.

En síntesis, su conclusión es que la capacidad de actuar como un científico depende de la posesión del “conocimiento general e incisivo” (que es generalizable y capaz de discriminar entre ideas buenas y malas en ciencia) el cual presupone que ciertas capacidades fundamentales- la capacidad de observar, clasificar, inferir, etc. hayan sido adquiridas.

Gagne insiste en que “un individuo necesita saber cómo observar, clasificar… antes que él pueda entender la ciencia” (Gagne 2963, p152). Gagne identifica once habilidades o procesos de la ciencia. Observar, medir, inferir, predecir, clasificar, juntar información, registrar información, son consideradas como habilidades básicas; interpretar información, controlar variables, definir en forma operativa, y formular hipótesis son consideradas como habilidades integradas de mayor nivel.

En el enfoque Ciencia-un proceso (SAPA), que esta basado en las ideas de Gagne, los procesos básicos son introducidos en el nivel Kinder-3. y los procesos integrados de las ciencias se introducen y desarrollan de 4to a 6to grado.

Se considera a los procesos básicos como esenciales para comprender y usar los procesos integrados. En otras palabras, hay una jerarquía de habilidades de proceso. Todos los interrogantes en cuanto a la estructura y organización del currículo se responden en términos del desarrollo de las habilidades de proceso.

La creencia de si los niños pueden manejar los procesos de la ciencia, pueden comprender y usar cualquier contenido. Aunque SAPA no se edita más, su influencia persiste y ha sido instrumental en una serie de iniciativas curriculares recientes conocidas por algunos educadores americanos en ciencia como “sciencing” (Cain & Evans, 1990)

Los enfoques orientados al proceso, son una serie de creencias, cada una de las cuales requieren un análisis mas detallado:
• La indagación/investigación científica puede describirse en términos de una serie de procesos discretos.
• Los procesos son genéricos. Esto significa que son independientes del contexto y por lo tanto transferibles.
• El conocimiento científico resulta del compromiso en estos procesos.
• El desempeño de esas habilidades pueden ser observadas, y medidas con precisión y confiabilidad.
• Por medio de la práctica y el desarrollo de estas habilidades, los estudiantes adquieren la capacidad de conducir indagaciones/ investigaciones científicas.

La ciencia como procesos discretos libres de contenidos.

Los argumentos concernientes a la teoría-sobrecargada de observación son lo suficientemente conocidos como para no ser reiterados aquí. Argumentos similares se extienden a todos los otros procesos de la ciencia, tales como clasificar, medir, confeccionar hipótesis e inferir. Se debe clasificar y medir (mensurar) algo, más que cualquier otra cosa; se debe hacer hipótesis sobre entidades particulares o eventos.

Simplemente no es posible comprometerse en estos procesos independientemente del contenido. Más aún, el modo en que se clasifica, mensura y realizan hipótesis, y el nivel de sofisticación al hacerlo, depende de la comprensión teórica que se tenga. Pongámoslo así: no le estamos enseñando a los estudiantes a observar, clasificar, mensurar, e hipotetizar en si. Ellos ya lo saben hacer perfectamente. Lo han hecho desde mucho antes de ingresar a nuestras clases de ciencia, y continúan haciéndolo todos los días de sus vidas fuera del laboratorio.

Lo que estamos enseñando en la ciencia de la escuela es la observación científica, la clasificación científica, la realización de hipótesis científica, etc. Lo que hace que estos procesos sean científicos es la utilización de conceptos científicos relevantes y apropiados en la búsqueda de un propósito científico.

La clasificación científica, por ejemplo, no es sólo un asunto de notar similitudes y diferencias -o sería suficiente en clases de ciencia clasificar billetes y estampillas postales- (usando un criterio como origen, color, tamaño, medida o estilo de ilustración). Más bien implica la aplicación de categorías científicamente significativas y apropiadas, adecuadas para el propósito por el cual se está llevando a cabo la clasificación. Diferentes propósitos demandan diferentes criterios, podría implicar diferente comprensión teórica.

De este modo, ya sea si uno clasifica un animal particular como mamífero/reptil/pez, carnívoro/ herbívoro, que viva en la tierra o que viva en el agua, que pueda o no pueda volar, o lo que sea, depende de si se está estudiando la evolución, si se está comprometido con un trabajo de ecología o intentando cazar, cocinar o comer uno!

La tarea de clasificación, y la habilidad del estudiante para llevarla a cabo con éxito, depende del conocimiento, la experiencia, las creencias y expectativas acerca del propósito que pueda motivarlo. Cualquier actividad áulica que involucre la clasificación o “búsqueda de patrones” está, por lo tanto, ligada a la teoría (conceptos apropiados para clasificar) y a los propósitos.

De este modo se procede en las mediciones, predicciones, recolección de información, registro de información, y todos los otros procesos en ciencia. Ninguno de ellos puede llevarse a cabo sin la medida sustancial del conocimiento teórico.

El reconocimiento de la naturaleza conducida por la teoría de la investigación científica hace ingenuo el argumento de que hacer ciencia es simplemente un asunto de operar un algoritmo para todo propósito que comprenda una serie de pasos transferibles, generalizables y libres de contenido, como apoyo de la aseveración del enfoque del proceso.

Es ingenuo pensar que una vez que los estudiantes hayan adquirido las habilidades de proceso separadas puedan necesariamente unirlas en un procedimiento para la ciencia. En otras palabras, que hacer ciencia consiste en la suma de sus partes y que no es más que la suma de sus partes.

Lograr llevar a cabo una o varias de las tareas descontextualizadas que focalicen la observación, la clasificación, o la medición, dice muy poco sobre la capacidad que se tiene para conducir una verdadera investigación científica real.

Efectivamente, a veces los estudiantes pueden realizar tales actividades descontextualizadas en forma adecuada y no pueden integrar estas tácticas y habilidades en una estrategia efectiva y coherente para la investigación científica. Muchos que realizan estos test con resultados pobres pueden involucrarse en investigaciones científicas interesantes y exitosas cuando se los alienta adecuadamente y se les da la libertad y el apoyo para seguir sus intereses (Hodson, 1992)

Transferibilidad

La naturaleza impregnada de teoría de los procesos científicos crea considerables problemas para la noción de transferibilidad, que es un principio central del Enfoque del Proceso y es fundamental para establecer una evaluación centrada en las habilidades.

En mi opinión, es insostenible la idea de que la habilidad para observar, clasificar, y medir en un contexto pueda ser tomado como indicativo de la capacidad del alumno para hacer determinada cosa en un contexto completamente diferente. La competencia en una habilidad tal como la observación, no puede transferirse de un contexto a otro a menos que los dos contextos, y los conceptos científicos que corporicen tengan mucho en común.

Las habilidades involucradas al observar el comportamiento de un pez de acuario, por ejemplo, tiene poca relevancia, si es que tiene alguna, con la observación del comportamiento de los químicos al calor, observar una nebulosa distante a través del telescopio o leer placas de rayos X. Como consecuencia, las habilidades usadas para esto, no importa lo espléndidamente bien que sean exhibidas, no pueden ser de ayuda en estas otras actividades.

A través del análisis conceptual y la manipulación, nuevos problemas de observación se solucionan y nuevas actividades de observaciones se completan, mucho mejor que por la rigurosa aplicación de un conjunto de procedimientos (Millar y Driver, 1987). La transferibilidad depende de la familiaridad con los conceptos relevantes y por lo tanto la capacidad demostrada de ejercer una habilidad en un contexto particular no es garantía de esa habilidad en un contexto conceptual diferente.

La dificultad de una actividad de observación depende de lo que se esté observando y de qué constituye una observación apropiada y significativa de lo mismo. En otras palabras, está regido por la naturaleza de los conceptos incluidos.

De esta manera, la inclusión de actividades de observación en un esquema evaluativo brindará tanto información acerca de la comprensión conceptual de los estudiantes, como acerca de sus habilidades de observación en sí.

Lo que los estudiantes notarán y elegirán reportar y cómo lo harán, depende no solo de su poder de discriminación, sino de que posean criterio teórico relevante para aplicar. Un argumento similar se extiende a todos los otros procesos implícitos al hacer ciencia.

La competencia para clasificar o hacer hipótesis, por ejemplo, no puede transferirse a un contexto que es independiente del contexto en el cual esa habilidad fue adquirida. O sea que no incluye el criterio que el estudiante ha aprendido a usar para clasificar, o las relaciones conceptuales sobre las que el estudiante ha aprendido a hipotetizar.

Si decimos evaluar los procesos de la ciencia como habilidades separadas, decimos que el desempeño en un contexto es una medida de un posible desempeño en otra completamente diferente. Creo que ambas ideas no tienen sentido.

Si hiciéramos ese tipo de de aseveraciones en medicina nos someteríamos a una operación de cerebro llevada a cabo por un obstetra o un psiquiatra. En realidad, el contexto en el cual se adquieren las habilidades es crucial para el desempeño adecuado de esa habilidad y para nuestra confianza en quien la practica.

¿Qué acerca del Constructivismo?

Como lo señalamos anteriormente, los estudiantes que carecen del marco teórico como requisito no sabrán dónde mirar y cómo mirar a fin de hacer observaciones adecuadas a la actividad en marcha y cómo interpretar lo que ven. En consecuencia, buena parte de la actividad será improductiva.

En la práctica, la situación puede ser mucho más compleja y considerablemente más perjudicial para el aprendizaje cuando los estudiantes tienen distinto marco teórico del que el docente supone que tienen, podrían mirar en un lugar diferente de una manera diferente, errónea, y hacer interpretaciones diferentes, erróneas, negando algunas veces la evidencia observada que entra en conflicto con sus puntos de vista existentes. (Gunstone, 1991).

Frecuentemente los estudiantes se ajustarán o modificarán sus observaciones para conformar las expectativas a las que sus teorías existentes dan lugar. En otras palabras, ven lo que esperan ver. Como consecuencia pueden pasar por una experiencia completa basada en el laboratorio malinterpretando el propósito de la actividad, el procedimiento y los descubrimientos; incorporando cualquier falsa concepción que hayan traído con ellos a la actividad.

Debido a que las predicciones, percepciones, y explicaciones están fuertemente influenciadas por la comprensión conceptual previa, los estudiantes que tienen diferentes marcos conceptuales de significados conducen investigaciones esencialmente diferentes con su correspondiente producción de aprendizaje. Driver (1983) y Tasker (1981) tienen muchos ejemplos de este tipo.

Observaciones como estas y una extensa investigación en el conocimiento previo de los niños, han llevado a establecer rápidamente enfoques constructivistas para la enseñanza y aprendizaje de las ciencias (ver Bell 1993).

En esencia hay cuatro pasos principales en el enfoque constructivista:
1. Identificar las ideas o puntos de vista de los alumnos
2. Crear oportunidades para que los estudiantes exploren sus ideas y testeen su solidez al explicar fenómenos que den cuenta de acontecimientos y hacer predicciones.
3. Brindar estímulo a los estudiantes para desarrollar, modificar y cambiar sus ideas y puntos de vista donde sea necesario.
4. Apoyar sus intentos para repensar y reconstruir sus ideas y puntos de vista.

Durante la década y media pasada en la investigación interesada en que los niños formen sus puntos de vista en ciencia, se han aplicado diferentes términos en forma variada respecto a las creencias que ellos tienen en común: marcos alternativos, conceptos previos o alternativos, mini teorías, teorías naives, ciencia de los niños, etc. Cada término tiene sus adherentes y sus justificativos particulares, (Abimbola 1988). Pero como entonces, todavía hoy no hay un término universalmente aceptado, más allá de un interés general de evitar el uso de malas concepciones.

Palabras como “mal” y “malas concepciones” son usadas aquí; no obstante para enfatizar mi oposición al relativismo que es un rasgo proveniente de muchos escritos contemporáneos que tratan el constructivismo en la enseñanza.

Aprender ciencia no es simplemente un asunto de “darle sentido al mundo” (Biddulph y Osborne 1984) en cualquier término y razón que satisfaga al estudiante. Aprender ciencia implica la introducción al mundo de los conceptos, las ideas, la comprensión y las teorías que los científicos han desarrollado y acumulado (lo que la ciencia sabe).

El conocimiento científico es más que una creencia sostenida en forma personal reforzada por una confirmación y observación reunida personalmente. Es un intento de explicar y dar cuenta de la naturaleza real del universo físico (la ciencia tiene objetivos realistas), no importa si tiene sentido en el significado cotidiano de esa expresión. Mucho conocimiento científico vuela en la cara del sentido común; la Física de Galileo, Newton o Einstein se compara en forma desfavorable con las perspectivas de Aristóteles si el sentido común fuese el árbitro.

El conocimiento científico es aquel que ha sido sujeto y ha sobrevivido al examen crítico de los miembros de la comunidad científica, usando cualquier método y criterio de refrenda para asegurar el grado de validez y confiabilidad. De este modo una parte crucial de la educación en ciencia implica comprender la racionalidad particular que los científicos emplean en generalizar y validar el conocimiento.

Aprender sobre ciencia no se trata de solo de aprender como llevar adelante un test en una feria de ciencias mediante el control sistemático de variables con el fin de satisfacerse sobre una creencia en particular. Implica introducirse en las técnicas establecidas, estrategias, parámetros, y criterios de la ciencia (Ej.: cómo sabe la ciencia). Implica la apreciación crítica de la naturaleza de la evidencia científica, la comprensión del rol y el status del conocimiento científico (incluyendo la distinción entre los modelos instrumentalistas y las teorías realistas) y el reconocimiento de la locación social y por lo tanto dependencia cultural del emprendimiento científico.

A temas como estos se les presta poca o ninguna atención en la mayor parte de los escritos constructivistas. (Gil- Perez 1994, Matthews, 1993).

Aprender a Hacer Ciencia y Aprender Ciencia Haciendo Ciencia

Algunos investigadores han demostrado que las ideas de los niños en ciencia, las cuales a menudo tienen una sorprendente semejanza con las ideas del comienzo de la historia la ciencia (Nussbaum, 1983, 1989), son resistentes al cambio, aún cuando la enseñanza esté dirigida directamente a efectuar un cambio conceptual (Clough & Driver, 1986; Duschl & Gitomer, 1991; White & Gunstone,1989).

Debido a que las estrategias de enseñanza del constructivismo para un cambio conceptual efectivo se concentra solamente en conceptos y le presta escasa atención a temas epistemológicos y metodológicos, tal vez no debiéramos sorprendernos de que los niños mantengan la “metodología de la superficialidad” (Gil & Carrascosa,1985) que produjo este entendimiento en primer lugar.

Gil-Perez y Carrascosa –Alis(1994) trazaron un paralelo entre el desarrollo histórico de la ciencia, que necesitaba un cambio a partir del “sentido común” hacia formas científicas de procedimientos y educación en ciencia, donde los cambios conceptuales del tipo requerido por la currícula contemporánea de la ciencia puede ser únicamente efectuada por un tipo similar de cambio metodológico. ¡El sentido común no es suficiente!

Algunos escritores constructivistas aseveran que todos somos científicos, inclusive los niños. En Nueva Zelanda, un país en el cual el constructivismo ha dominado tanto la educación científica en las escuelas como la formación docente (Mattews 1993), el Ministerio de Educación establece que “todos somos científicos” (Ministerio de Educación, 1989, p5) y que “la ciencia es una actividad que toda la gente puede llevar a cabo como parte de su vida cotidiana”. (Ministerio de Educación, 1992, p8).

Nada podría estar más alejado de la verdad. No todas las investigaciones e indagaciones son científicas y no todo el conocimiento y explicaciones que resulten de ellas son válidas desde un punto de vista científico. Algunas ideas tienen más credibilidad, validez y confiabilidad científica que otras justamente porque las indagaciones que las produjeron adhieren a un criterio bien establecido para juzgar y evaluar el conocimiento y los parámetros rigurosos para conducir y valorar las investigaciones científicas. Estos parámetros y criterios deben aprenderse.

No obstante, debido a que el procedimiento para conducir investigaciones científicas no está fijado, e implica un componente que es dependiente de la experiencia en un sentido muy personal, este no es enseñable en forma directa. O sea que no se puede aprender ciencia aprendiendo una prescripción o un algoritmo a aplicarse en todas las situaciones.

La única forma efectiva de aprender a hacer ciencia es haciendo ciencia, acompañados de practicantes bien entrenados y experimentados que puedan brindar apoyo, crítica y consejo durante la actividad, y quien sea capaz de modelar los procesos implicados y facilitar la crítica del estudiante.

Tengo en mente un enfoque de tres fases: el modelado, donde el docente expone el comportamiento deseado; la práctica guiada, donde el estudiante actúa con la ayuda del docente; la aplicación, donde los estudiantes actúan independientemente del docente.

El docente modelador de las prácticas científicas afirma la hipótesis de que la observación de actores bien entrenados facilita el aprendizaje de habilidades, en este caso las habilidades estratégicas para conducir investigaciones científicas. (véase Kirschner, 1992).

En el transcurso de las investigaciones modeladas los estudiantes deberían trabajar a través de un programa cuidadosamente secuenciado de ejercicios de investigación durante los cuales el rol del docente fuese actuar como un recurso de aprendizaje, un facilitador, consultor y crítico.

De allí en adelante, los estudiantes pueden proceder independientemente: eligiendo sus propios temas y situaciones problemáticas, y abordándolos desde sus propios medios. A partir de este punto de vista
son responsables de todo el proceso, desde la identificación del problema inicial hasta la evaluación final.

Como consecuencia, experimentan tanto “ la euforia del éxito como la agonía que surge de una planificación inadecuada y las malas decisiones”. (Brusic 1992). Gil-Pérez (1994) usa la metáfora “los alumnos como investigadores novicios” para caracterizar los tres elementos de la educación para la ciencia: en esencia, los estudiantes aprenden ciencia y aprenden más sobre ciencia conduciendo investigaciones bien diseñadas (Ej.: haciendo ciencia) bajo la mirada atenta y la guía de un profesional bien entrenado (véase Hodson, 1993 b).

Estas sugerencias tienen implicancias muy significativas para la formación tanto del docente en formación como para el docente en actividad, siendo un requisito que todos los docentes tengan experiencia en la conducción de investigaciones científicas Es de esta manera que podemos asegurar que el trabajo de laboratorio cumple sus potenciales para que los estudiantes puedan aprender sobre ciencia y hacer ciencia.

Derek Hodson.

Para más información, se recomienda la lectura de nuestro artículo de epistemología: http://www.ensambledeideas.com/epistemologia/


Actividades

Actividad 1:
Describir los conceptos centrales del trabajo de Derek Hodson: “El trabajo de laboratorio como método científico, tres décadas de confusión y distorsión”

Actividad 2:
Citar 3 o 4 errores de interpretación en los supuestos que impulsaron el aprendizaje por descubrimiento, según Derek Hodson. Comentarlos brevemente.

Actividad 3:
Citar 3 o 4 supuestos que impulsaron el enfoque basado en procesos, según Derek Hodson. Comentarlos brevemente.

Actividad 4:
Citar los 4 pasos principales del enfoque constructivista según Derek Hodson. Comentarlos brevemente.

Actividad 5:
Comentar las 4 fases que, según Derek Hodson, deben ser conocidas por todos los docentes que intenten que sus estudiantes aprendan acerca de las ciencias.

Derek Hodson y el método científico – Ensamble de Ideas – Copyright MMXXII

Todo sobre EPISTEMOLOGÍA, una rama de la filosofía.
epistemologia

Concepto de epistemología.

Se puede describir simplemente a la epistemología como “la filosofía de la ciencia”. Analizando etimológicamente la palabra, es fácil ver que deriva del griego episteme (ἐπιστήμη), que significa “conocimiento”, y logos (λόγος), “estudio”. Es decir, la epistemología es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento.

Esta rama de la filosofía, como teoría del conocimiento, pone su interés en estudiar ciertas problemáticas –tales como las circunstancias históricas y psico-sociales que llevan a responder preguntas tales como “¿de dónde se obtiene el conocimiento?”­–, definiciones precisas y claras de conceptos usuales dentro de su campo de estudio –como el significado de la verdad, la realidad, la objetividad y la justificación–, entre otras cuestiones.

Uno de los más grandes expositores contemporáneos de la epistemología fue Mario Bunge (físico, filósofo y humanista argentino, 1919-2020). En cuanto a su texto “Epistemología, curso de actualización” (2002) Bunge explica que la filosofía de la ciencia o epistemología es la rama de la filosofía que estudia la investigación científica y su producto, el cual es el conocimiento científico.

Mario Bunge (1919-2020).

El presente informe va dirigido a esta rama de la filosofía en particular, por lo que girará en torno a su historia, su presente y futuro como disciplina, sus mayores pensadores, el análisis arduamente hecho a lo largo de los años en cuanto a los temas que contempla, etc., con el fin de manifestar la relevancia de los conocimientos y estudios que presenta.

Los inicios de la epistemología.

Los comienzos de la epistemología radican en el Renacimiento. La observación, la experimentación y el análisis de la realidad en la vida cotidiana, en la experiencia humana, dio origen, sin dudas, al conocimiento científico.

Es importante en este punto mencionar la conformación del “Círculo de Viena”, un grupo de epistemólogos, sólo algunos de ellos profesionales, que se reunían con el fin de intercambiar ideas. A este círculo pertenecían matemáticos, filósofos, historiadores, científicos sociales y científicos naturales.

Uno de los filósofos y teóricos de la ciencia más estudiados y conocidos en años anteriores al presente curso, Karl Raimund Popper (1902-1994), estuvo muy relacionado con este Círculo, cuya actividad fue breve pero muy influyente para la epistemología posterior.

El Círculo de Viena cambió el modo de pensar la filosofía, sin embargo, tenía un defecto: se encontraba subyugada a la tradición empirista e inductivista de pensadores anteriores, nada compatible con la epistemología realista que caracteriza al enfoque científico. La filosofía lingüística fue quien “suprimió del mapa” al Círculo del Viena, el cual culminó cuando Austria se anexó a Alemania.

Guillermo Boido en su Noticias del Planeta Tierra. Galileo Galilei y la revolución científica (Editorial A-Z) explica por qué para ciertos filósofos (como Carnap o Nagel), las consideraciones históricas poco importan en su indagación sobre qué es la ciencia.

Expone: “coincidiendo con una afirmación de la historiografía whig, atribuyen a la ciencia una existencia objetiva en todo período histórico, y a sí mismos la tarea de caracterizarla conceptualmente.” Es importante recordar aquí que la historiografía whig es aquélla que considera que los desaciertos han sido debidos a la ceguera individual, o a la obstinación y demás errores en relación con la ciencia. La historia resultante es un relato que nace de las asunciones y culmina en las conclusiones.

La historiografía de tipo whig implica la pérdida de lo esencial de los relatos históricos. Al redactarlos, deben tener suficiente extensión y calidad en la escritura, con el objetivo de que permitan captar la textura del período analizado. La comprensión histórica real no se logra a través de la subordinación del pasado al presente, sino haciendo que el pasado sea el presente y analizando los hechos como si se estudiaran en otro siglo diferente al que transcurre.

Es por ello que, a continuación, Boido decide ahondar en los temas relacionados con las revoluciones científicas. Dicho autor diferencia: “Como dice Cohen, definir qué es una revolución científica es tarea de filósofos, pero el historiador puede determinar si, en cierto momento del pasado, se ha producido o no una revolución aunque carezca de tal definición.

Los historiadores pretenden, más bien, analizar las etapas del desarrollo, las pruebas de existencia y la transformación de ideas que caracterizan a los episodios que, por concenso, han sido considerados revolucionarios”. Sin duda, las revoluciones científicas sentaron las bases de la ciencia moderna, en especial de la astronomía, la biología, la medicina y la química, y su estudia queda delegado a los pensadores epistemólogos que sean capaces de ver la ciencia desde un punto de vista externo a la época en la que viven, es decir, anacrónicamente, estudiando el antes, el durante y el después de los hechos. Si esto no fuera así, ¿cómo saber si el mismo epistemólogo no se encuentra inmerso en el paradigma del momento? El filósofo de la ciencia debería darse de cuenta de ello y poder escribir y pensar “desde fuera”.

Bunge, en su texto La nueva epistemología, propone abordar los siguientes problemas: lógicos, semánticos, gnoseológicos, ontológicos, éticos y estéticos. De esta forma la epistemología podrá realizar contribuciones a la ciencia. El filósofo de la ciencia alejado de la problemática científica de su tiempo puede ser útil estudiando algunas ideas científicas del pasado.

Si te interesa conocer más sobre las posturas de Mario Bunge, te sugerimos nuestros artículo “Mario Bunge y sus pensamientos acerca de las CIENCIAS FÁCTICAS”

Disponible en: https://www.ensambledeideas.com/las-ciencias-facticas/

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El epistemólogo atento a la ciencia de su tiempo puede ser aún más útil, ya que puede participar del desarrollo científico, aunque sea indirectamente, al contribuir a cambiar positivamente el trasfondo filosófico de la investigación, así como de la política de la ciencia. En particular, el epistemólogo casado con la ciencia y con las herramientas formales de la filosofía contemporánea.”

Bibliografía

  • Boido, Guillermo. Noticias del Planeta Tierra. Galileo Galilei y la revolución científica (Editorial A-Z).
  • Bunge, Mario. La ciencia. Su método y filosofía. “¿Qué es la Ciencia?”.
La Doctrina de las 4 Causas de Aristóteles y la Mecánica Aristotélica.
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Aristóteles (Estagira, 384 a. C. – Calcis, 322 a. C)

La Doctrina de las 4 Causas de Aristóteles

Aristóteles pensó en que debemos conocer los principios de los seres naturales. Él reconoce cuatro causas primordiales del ser: material, formal (ambas intrínsecas, que constituyen al ser), eficiente y final (estas últimas extrínsecas, implican el devenir).

Lo material es aquello de lo cual algo nace o surge o se crea, como si de un soporte se tratara (puede ser madera, piedra, entre otros, por ejemplo el oro de una corona sería la materia).

Lo formal es la idea o paradigma de la que depende lo específico de cada ser, es decir, la esencia del objeto, o la esencia del ser (por ejemplo, la forma de la corona sería la causa formal). Esta causa determina la materia.

Lo eficiente es el principio del cambio o del movimiento (en el ejemplo de la corona, el hacedor de la misma –es decir, quien la realiza­­– es la causa eficiente). Por su parte, y por último, la causa final es aquel agente que produce un movimiento o cambio. Es la realidad o fin hacia el cual un ser se dirige. Es la meta de un ser (por ejemplo, la causa final es colocarse sobre la cabeza de un rey para mostrar su poder y riqueza, adornando su vestimenta).

Aristóteles

Aristóteles separa al universo en un mundo supralunar y un mundo sublunar; o sea, todo aquello que se halla por debajo de la luna, por un lado, y todo lo que se ubica por encima, por el otro.

Las características de ambos mundos son muy diferentes porque la observación que podemos tener de uno y otro mundo es muy distinta.

Por debajo de la luna observamos los cuatro elementos (aire, agua, tierra y fuego) mientras que por encima de la luna no observamos ninguno de ellos. Aristóteles dice que en el mundo supralunar únicamente hay éter, que correspondería, entonces, al quinto elemento.

La Doctrina de las 4 Causas de Aristóteles – Los cuatro elementos

El movimiento sublunar es muy variado, se dan todos los tipos de movimiento que Aristóteles describe (sustancial, cualitativo, cuantitativo y local) mientras que en el mundo supralunar sólo se identifican movimientos circulares perfectos. Según la teoría geocéntrica de Aristóteles las estrellas más lejanas giran alrededor de la tierra.


El primer motor inmóvil es un postulado que introduce Aristóteles con el fin de explicar que existe el movimiento en el cosmos. Este primer motor pondría todo en movimiento, sin que fuera movido por nada. 

POLÉMICAS HISTORIOGRÁFICAS: Postura whig y antiwhig

Polémicas historiográficas

Al ser la historiografía el registro escrito de la historia, fijado por la humanidad con la escritura de su pasado, debemos considerar primeramente que no puede ser objetiva, pues los intereses de quienes tuvieron y tienen en sus manos esta tarea tergiversan la relación relato-realidad.

Polémicas historiográficas.
La historiografía comprende, sin duda, un punto de vista meramente subjetivo, dado que la objetividad se torna imposible.

Además, cada período histórico se vio caracterizado por una corriente historiográfica particular, producto de la situación socioeconómica y política reinante en ese momento. Al observarla en retrospectiva, o comparativamente con otras corrientes, los criterios utilizados serían, como mínimo, diferentes. Estas discrepancias son las causas más notables de polémica historiográfica.

Postura whig y antiwhig

Las polémicas historiográficas son las siguientes:


Primero, existen dos posturas diferentes en la construcción de un relato histórico. Se denomina anacrónica o whig a la postura por la cual el pasado es precursor de la ciencia actual, y por otro lado se encuentra la postura antiwhig (o diacrónica o contextualista) por lo cual un relato histórico debe ser de utilidad propia, es decir interesar por sí mismo).

Segundo, se presenta la confrontación de considerar a la ciencia importante en cuanto a sus productos o en cuanto a la actividad misma. La polémica se genera cuando se analiza los factores contextuales: si son intelectuales (ideas filosóficas, estéticas o religiosas) que se pueden describir, se da lugar a la historia internalista (describen la historia de las ideas científicas); si son factores sociales (económicos o políticos), entonces la historia no se puede entender sin ellos, es decir la historia es externalista (describen la historia social de la ciencia).

Por último, se diferencian dos posturas ligadas al desarrollo de la ciencia a lo largo de la historia: para los continuistas no existen las revoluciones científicas, es decir el conocimiento es acumulativo; para los rupturistas sí existen, es decir hay rupturas trascendentes y existen las revoluciones científicas.

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Experimentación en animales: Ética científica puesto bajo la lupa

La experimentación en animales

Esther Díaz expone en “Los nuevos imperativos morales en la empresa económica posmoderna” (en Metodología de las ciencias sociales, Ed. Biblos, 1998) que en el terreno de la ética se pueden distinguir diferentes planos bien diferenciados, con el fin de analizar los alcances de esta rama de la filosofía. La ética aplicada (definida por la autora como “el nivel de la normativa concreta o moral propiamente dicha, donde se establece lo que se considera correcto de lo incorrecto”) será el plano que se dedicará a estudiar, por ejemplo, problemas éticos relacionados con la experimentación con animales en laboratorios y sus derechos como seres vivos.

Los animales de experimentación

Éste es el tema de interés científico que estudiaremos a partir de aquí en adelante. Norberto Barassi y otros, en “Ética en el uso de animales de experimentación” (Sociedad de Medicina Veterinaria, Argentina, 1996) escriben que los animales de experimentación son fundamentales en el engranaje de la biomedicina (lo describen como una “pieza fundamental”), “tanto en los proyectos de investigación como en las pruebas diagnósticas y en los controles de productos farmacológicos”. No obstante, los autores realizan una excelente descripción de los “hechos y valores” basándose en el progreso de los conocimientos biológicos y el perfeccionamiento de los medios de protección de la salud animal (así como humana).

experimentacion en animales
El ojo puesto sobre la experimentación en animales.

Grandes avances se hicieron en el marco legal argentino y mundial acerca de los estudios científicos ligados al uso de animales como si fueran meros “instrumentos de laboratorio”, sin derecho alguno. Sin embargo, la práctica continúa con un gran grado de libertad en la búsqueda de nuevos descubrimientos al borde de un conflicto ético entre los defensores de los derechos de los animales y los biólogos investigadores.

Sin ir más lejos, noticias recientes relacionadas con el transplante de células madres para la cura de enfermedades como el Parkinson, o la supresión de traumas en sectores específicos del cerebro a partir de sustancias específicas inyectadas suelen dejar a la luz (explícitamente) las pruebas y los ensayos hechos con vertebrados en las experimentaciones necesarias.

Una forma de afrontar las discusiones a favor y en contra de las temáticas que conllevan un análisis profundo y complejo, debido a las cuestiones puestas en juego, es contando con el apoyo de un gran número de personas capaces de hacer saltar el estudio de la problemática desde un nivel personal a un nivel nacional. Entonces, este análisis no podrá ser defendido (cualquiera sea la postura que se tome al respecto) por un solo individuo, sino en sociedad, donde las múltiples voces abrirán el campo reflexivo acorde a cómo debe ser llevada a cabo.

Así, un Estado puede debatir públicamente proyectos de ley que giren en torno a problemáticas complejas o una institución puede tomar decisiones de algún caso en particular, con el escudo del pensamiento racional y la ética filosófica, entre otras armas.


Cullen hace mención de la importancia del ser humano como ser social y no aislado en “El lugar del otro en la educación moral” (en Perfiles éticos-políticos de la educación, Paidós, 2004) diciendo que “hacerse cargo de las diferencias termina siendo la posibilidad de construir alternativas de convivencia que, en diferentes niveles, impliquen algún grado de comunicación y comunidad”, dejando en claro que la justicia y la responsabilidad de los actos y decretos tomados dependen de la convivencia ético-política y sus principios.

Muchas veces, los debates éticos tienen la tarea de proponer un cambio enfrentándose a costumbres y prácticas fuertemente arraigadas en la historia de la humanidad. Ya Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) y el reconocido médico romano Galeno (130 d.C. – 200 d.C.) habían experimentado en animales en edades tempranas para la filosofía y la ciencia médica.

En años más recientes, Pasteur (1822 – 1895) o Pavlov (1849 – 1936) hicieron sus grandes aportes a la biología y a la psicología valiéndose de vertebrados como ovejas y perros, respectivamente. ¿Se convierte esto, por lo tanto, en un obstáculo para los que decidimos dar batalla contra las atrocidades cometidas en laboratorios, cuando los resultados de las investigaciones están a la vista de todos, según argumentaría cualquier defensor de la práctica aberrante de usar animales cual si fuesen tubos de ensayos vivientes? Evidentemente, buscar otras formas de obtener conocimiento científico aumenta su grado de dificultad cuando la historia se encuentra a favor de los maltratos.

Sin embargo, cuando se logra la fuerza necesaria para institucionalizar un debate o llevar a niveles nacionales las problemáticas por las que se lucha, tornándolas mediáticas,  es más fácil que nuevas normas nazcan y deban ser respetadas (en el territorio del país donde los proyectos se transforman finalmente en ley, o bien universalmente con nuevos decretos impuestos a nivel mundial).

Y aquí, finalmente, se presenta un nuevo problema. ¿La universalización es lo correcto en todos los casos tratados? Acerca de esto, F. Haynes en Ética y Escuela (Ed. Gedisa, 2002) traslada sus pensamientos a las políticas escolares afirmando, tajante, que “cuando uno no universaliza, la prueba de las consecuencias se aplica meramente al acto específico y singular de uno mismo”. También explica que: “desde cuando uno universaliza, la prueba de las consecuencias se aplica a la norma de las propias acciones, y ésta es una norma que todos deben cumplir.”


La influencia de la comunidad médica y su buena organización hizo que en la historia fallaran muchísimas veces los esfuerzos para evitar la investigación con animales. Entrando recién la segunda mitad del Siglo XX, ciertos grupos alrededor del mundo fueron consiguiendo avances relevantes en cuanto a bioética y bienestar animal. Hoy en día, muchas naciones cuentan con actas estatales que defienden los derechos de los seres vivos y se prohíbe la práctica o se obliga a ser sustituida por otra.

Siempre que sea apropiado deberán utilizarse métodos como simulación por computadora, laboratorios virtuales, experimentaciones in vitro. “Toda manipulación de un animal que pueda causarle más que un dolor o una molestia momentáneos o mínimos deberá hacerse previa sedación, analgesia o anestesia adecuada según las prácticas veterinarias aceptadas”, narran Barassi y otros en sus escritos sobre bioética en el laboratorio.

La comunidad que lucha debe enfrentarse y defender su postura con un buen uso de la razón y la palabra para poder crear las normas y hacerlas cumplir. Haynes nuevamente retoma esto afirmando que “desde una perspectiva objetiva de la misma acción o intención, la persona avanza hacia una toma de decisiones racional, pasando para ello de las consecuencias de comportarse de una determinada forma a las consecuencias más conceptuales de contravenir o cumplir una norma”.

Ciertamente, la complejidad de cada debate es directamente proporcional a los diferentes temas tratados, su enfoque y sus consecuencias en la sociedad: eutanasia, fecundación in vitro, aborto, clonación, entre otros (como se ve, la mayoría gira en función de la medicina actual y sus alcances), requieren un grado de investigación, conciencia, raciocinio, reflexión y estudios estadísticos muy complejos que contará con diferentes y variadas posturas dentro de una misma nación.

Todas las posturas serán consideradas como válidas, en cuanto sus argumentaciones sean objetivamente razonables. Sin embargo, nuevamente entramos en conflicto, pues la cultura tiende a volver subjetivas muchas maneras de pensar. Será cada individuo el que deba discernir, con prudencia y buen juicio, su comprensión y concepción en cada postura, dispuesto a interiorizar las normas que se vayan construyendo a nivel social.

La experimentación en animales – Ensamble de Ideas – Copyright MMXXII


Prof. H. R. Gómez
 


 
Bibliografía

– BARASSI, Norberto y otros (1996): “Ética en el uso de animales de experimentación”. Sociedad de Medicina Veterinaria. Argentina. Disponible en:
http://www.medicinabuenosaires.com/revistas/vol56-96/5/animalesdexp.htm
– CULLEN C. (2004): “Perfiles éticos-políticos de la educación”. Buenos Aires. Paidós. (Segunda Parte. Cap. 7: “El lugar del otro en la educación moral”.)
– DÍAZ, E. (1998): “Los nuevos imperativos morales en la empresa económica posmoderna” en “Metodología de las ciencias sociales”. Buenos Aires. Ed. Biblos.
– HAYNES, F. (2002): “Ética y escuela”. Ed. Gedisa. Barcelona. (Introducción.)
– ESPINOZA, Ana María y otros (2009): “Enseñar a leer textos de ciencias”. Ed. Paidós. Buenos Aires. (Cap. 3: “El texto expositivo: interacciones sujeto-texto”).
– SUTTON, Clive (1997): “Ideas sobre la ciencia e ideas sobre el lenguaje” en Revista Alambique N° 12: Didáctica de las ciencias experimentales. Barcelona. Ed. Grao.
MÉTODOS DE SEPARACIÓN DE FASES Y COMPONENTES: Planes de clase

Métodos de separación de fases y componentes

Curso: 1er. Año Secundaria Básica (Sist. Educ. de la Pcia. de Bs. As.) / Diagnóstico de 2do Año Secundaria Básica.
Materia: Ciencias Naturales.
Tiempo: 2 horas.
Contenidos a enseñar:

  • Métodos de separación de fases y componentes.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Al finalizar esta clase se espera que los alumnos desarrollen la capacidad de:

  • Reconocer y describir los métodos de separación de fases para así poder separar los componentes de las distintas mezclas.
  • Diseñar e implementar dispositivos que impliquen el uso de técnicas de separación de fases y componentes de un sistema dado para disociar las fases de un sistema a partir de las sustancias que lo componen.

Propuesta didáctica (Inicio, desarrollo y cierre de clase):
Inicio:
En las clases anteriores se habrá comunicado a los chicos que esta clase se realizaría íntegramente en el aula-laboratorio que la escuela posee. Es por esto que, una vez que el docente orientador y el profesor residente ingresen al aula, los alumnos serán llevados a dicho laboratorio en compañía de la preceptora del instituto (ella ya posee conocimiento de esta situación). Una vez que los alumnos se acomodaron y habituaron en el nuevo espacio (cabe destacar que es la primera o segunda vez que la mayoría de los alumnos pisan un laboratorio durante su vida escolar), se procederá a comenzar la clase. Es evidente que, antes de llevarlos, se darán las pautas de convivencia necesarias para el orden del aula. Las mismas son, entre otras:
-Se encuentra prohibido comer y/o beber en el laboratorio durante las dos horas en la que se desarrollará la clase.
-La buena conducta será un factor muy importante para la realización de las experiencias y las explicaciones.
-No deben realizar acciones imprevistas por los docentes y ayudantes de laboratorio a la hora de realizar las experiencias, como manipular reactivos o instrumentos desconocidos: todo debe ser seguido al pie de la letra para evitar posibles accidentes o siniestros.
La clase comenzará con un repaso en el pizarrón de los contenidos vistos en las clases anteriores acerca del agua y de  las mezclas  contenido base para esta clase. Luego se presentara el tema de la clase del día de la fecha y se comenzará la indagación sobre sus ideas previas planteando una Situación problemática referida a un hecho ficticio en la cual se realizara a los alumnos preguntas con el fin de reconocer sus conocimientos previos. Dicha situación problemática es la siguiente:
“Mariana y su padre se encuentran cocinando para la familia a la vez que pegan cupones en la heladera con diminutos imanes, ellos planean hacer una ensalada de atún, que es la preferida de la mamá de Mariana, para ello ponen todos los elementos en una ensaladera y los mezclas Mariana que está estudiando en la escuela mezclas le comenta a su papa que la ensalada creada es una mezcla heterogénea, cuando llega el momento de condimentar la ensalada Mariana toma el salero y este se le cae quedando en el suelo una mezcla de sal con pequeños trocitos de vidrio, Mariana que reconoce lo recién formado le dice al padre: eso también es una mezcla. Ni bien termino de decir esto los pequeños imanes de la mesada caen al piso agregando un componente más a nuestra mezcla. Entonces el padre le dice  a Mariana: no tenemos más sal ¿podemos recuperar la sal, los imanes y el salero? Y Mariana le responde: dudo que el salero. ”
Esta situación será dada a los alumnos de manera oral para luego  preguntar  si ustedes fueran Mariana ¿Qué le responderían a su padre? ¿Se pueden separar los componentes de las mezclas?
Se llegara así al concepto de métodos de separación se le pedirá a los chicos que digan que creen que son estos métodos y sobre estas respuestas se dará la definición de los mismos, la cual será plasmada en el pizarrón para dejar constancia en las carpetas de los alumnos.
   
  Desarrollo:
Para comenzar a desarrollar los métodos de separación de fases se les preguntara a los chicos
¿Cómo separarían los componentes de la mezcla de mariana?  A partir de estas respuestas se comenzará un  dialogo docente-alumno acerca de las formas de separar los componentes de las mezclas partiendo de sus ideas y dándole el nombre científico a las mismas y también dándoles sugerencias del estilo ¿y por qué no usar un imán mas grande? En el caso de que no surja la idea. Luego se irán agregando componentes a esta mezcla ficticia (se agregaran, fideos, arroz y arena) con el objetivo de reconocer todos los métodos de separación de fases y componentes que se verán y utilizaran en la práctica. Vale la pene aclarar que se plasmara en el pizarrón en qué consiste  cada método de separación, ya que es necesario para las practicas y para el posterior estudio del tema.

Una vez terminada la parte teórica se pasara a la parte practica, antes de realizar las experiencias, se procederá a explicar el informe de laboratorio que será grupal, se explicara también cada una de sus partes, el mismo contará con una introducción un marco teórico, el enunciado de los materiales y los procedimientos y una conclusión.

Una vez explicado esto se realizará una  práctica sobre los métodos de separación de fases en mezclas heterogéneas para ello se dividirá a los alumnos en cuatro grandes grupos.
Y se les dará las intrusiones en forma oral sobre que mezcla deben realizar para la experiencia a llevar a cabo, una vez formada se les pedirá a los chicos que me digan como separarían cada componente, una vez que ellos lograron identificar los métodos a utilizar se repartirá las instrucciones junto con los materiales necesarios, lo mismo se hará en las posteriores experiencia las cuales son las siguientes:

Experiencia 1 correspondiente a filtración, disolución y evaporación: 
Para nuestra primera experiencia se necesitarán [1]:

  • sal (cloruro de sodio: NaCl)
  • Arena muy fina.
  • Embudo
  • Agua.
  • Papel de filtro.
  • Vaso de precipitados.
  • Mechero de Bunsen.
  • Trípode.
  • Tela de amianto.

Para esta experiencia debes:

  1. hacer una mezcla de  sal y arena muy fina en el vaso de precipitado
  2. Disolver en  agua  calentando posteriormente para concentrar la disolución.
  3. Preparar un papel de filtro de forma circular de menor radio que el embudo que vas a utilizar, dóblalo por la mitad y posteriormente se dobla otra vez con un ángulo inferior a 90º. Forma entonces una especie de cono e introdúcelo en el embudo.
  4. Humedecer un poco el papel de filtro con agua destilada para que se pegue a las paredes del embudo
  5. vertí la mezcla de sal y arena con agua. Observa como el papel retiene la arena y queda un líquido que si evaporamos el agua hasta la sequedad nos quedara la sal.

Experiencia 2 correspondiente a la decantación: 
Para esta experiencia se necesita [1]:

Ampolla o balón de decantación (si no se posee se puede usar una pipeta o una perita)

Vaso de precipitado

Para esta experiencia debes:
Obtener una mezcla de agua y aceite. El aceite es inmiscible con el agua y puede flotar sobre ella debido a su menor densidad.
utilizar una ampolla de decantación. Si no se cuenta con estos elementos absorba una de las fases con la pipeta o perita de goma.
 
 
Experiencia 3 correspondiente a Imantación, tría y tamización
Para esta experiencia se necesitan:
Limadura de hierro
Harina
Garbanzos o porotos
piedras
Imán
Tamiz, malla o colador
pinza

Para esta experiencia debes:
Preparar una mezcla de limaduras de hierro, harina, piedras y porotos.
tomar con una pinza o con los dedos toma las piedras
Tomar el imán de esta manera se separaran las limaduras de hierro de la mezcla,
Por último toma el tamiz y vierte la mezcla.
Por último se explicara solo de forma teórica los métodos de fraccionamiento que se utilizan para separar mezcla homogéneas para esto se preguntara a los alumnos ¿Qué tipo de mezclas nos permiten separar los métodos hasta aquí trabajados?  Y se les preguntará después sobre qué haríamos con las mezclas homogéneas; esto dará pie para trabajar con los métodos de destilación simple, fraccionada y cristalización. Es importante marcar que se corroborará que todos estos contenidos queden plasmados en sus carpetas.
Final:
Se cerrara la clase generando un Debate guiado por la docente donde se resuman los temas vistos en clase. Partiendo de preguntas tales ¿que vimos hoy? y de ¿Cómo separarían una mezcla de agua y aceite? y ¿de agua y hielo? O ¿que mezclas se les ocurre para usar el método imantación  y filtración? ¿Y destilación simple? Antes de despedirnos y cerrar la clase con  un breve resumen de los contenidos vistos en esta clase se les repartirá a los chicos una fotocopia con todos los métodos vistos para dejar constancia en las carpetas de los temas vistos.

Recursos Utilizados:
Visuales: por medio de el pizarrón y ejemplos visuales de los métodos (en la experiencia).
De lectura, gracias al material bibliográfico presentado.
Experimentales por medio de una práctica de laboratorio que permita separa mezclas.
           
Actividades y Evaluación.
Se tendrá en cuenta la responsabilidad a la hora de realizar las experiencias y, tal como se mencionó, se pedirá la confección de un informe de laboratorio que será la actividad escrita más relevante de la clase, pues en ella se plasmarán los conceptos aprendidos y analizados en las experimentaciones.


Métodos de separación de fases y  componentes
Métodos de separación de fases y componentes
“Entre los muros”: análisis de la película. (de Laurent Cantet, 2008)

“Entre los muros”: análisis del film

Entre los muros Laurent Cantet, 2008
Entre los muros Laurent Cantet, 2008

Ya María Rosa Almandoz (Directora Ejecutiva del Instituto Nacional de Educación Tecnológica) y Sonia Hirschberg (Profesora en Sociología de la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales) adelantan, en su La docencia: un trabajo de riesgo (1992), la complejidad y lo heterogéneo de las escuelas. La ubicación de las mismas, desde un punto de vista sociológico, dará lugar a un grupo de determinantes esenciales para ser calificadas. Características geográficas, socioeconómicas, pautas culturales e historia, entre otros, se conjugan para poner a prueba la calidad del servicio que presta una institución educativa en su compromiso social. Inspeccionar esa complejidad institucional con un ojo analizador, de reconocimiento puro y crítico, al pensar las escuelas como un todo multidimensional, deja situar el análisis de la actividad docente.

Luego de proponerse interpretar los fenómenos descriptos anteriormente en la película Entre los muros (dirigida por Laurent Cantet en 2008), es posible preguntarse si la escuela es una esfera de formación donde influyen caracteres objetivos y subjetivos o es, más bien, un tanque de reserva donde se transcriben las patologías sociológicas del mundo exterior.

En esta película de origen francés podemos hallar rápidamente funciones relativas a lo administrativo, lo comunitario y lo asistencial a lo largo de ella. El seguimiento económico de los docentes, su preocupación, la proposición de ideas y las formas de solucionar los problemas que se presentan, desde los más mínimos a los más complejos, caben dentro de las funciones administrativas que se muestran en el film. Asimismo, podemos observar las funciones comunitarias en lo que respecta a la diferenciación social de las familias de los suburbios de Francia y de los distintos sectores de la comunidad cercana en su intervención en la integridad de la escuela.

Por último, las funciones asistenciales se divisan en las orientaciones familiares y la psicopedagogía aplicada desde el docente, François Marin (que no de más está mencionar que su actor protagonista –François Begaudeau– es el escritor de la obra en la que se basó el largometraje), a alumnos con falta de respeto, problemas de adaptación y otros, así también como en muchas otras situaciones que modifican inexorablemente los contenidos del trabajo docente. Los docentes que participan en dichas funciones no actúan de manera homogénea.

Fotograma de Entre los muros

El director de la película afirma con ella que el microcosmos que se arma en el colegio nos describe a nosotros como sociedad. Propone que el origen de los problemas sociales se va gestando desde la temprana vida de los chicos y cómo se va regulando y operando las situaciones presentadas en torno a esos problemas.

De hecho, el sistema educativo ofrece hoy una red capaz de llegar a toda la población, involucrando sus familias en el proceso. Consecuentemente, es considerada por el Estado como un canal de acceso privilegiado para llegar a amplios sectores de la población, para acceder al cuerpo social. Tiene un gran peso la comunicación de los docentes con los padres de los alumnos, como la situación específica presentada donde el profesor de francés intenta charlar con los padres de un alumno conflictivo, aún con las diferencias lingüísticas en contra.

Por otro lado, son insoslayables las escenas donde los hechos protagonistas no se enfocan directamente en el accionar de los estudiantes, sino que se centran en los equipos de trabajo armados por los profesores. He aquí un punto del cual se desprenderán conceptos abordados en textos como La dimensión pedagógica-didáctica de Graciela Frigerio (Licenciada en Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires) y Margarita Poggi.

Primero, podríamos enumerar los elementos que son posibles de observar en la conducción de equipos de trabajo entre los docentes, debatiendo cuestiones económicas y de enseñanza. La habilidad para el desempeño autónomo, la capacidad para la escucha y el comportamiento solidario, el compromiso con la tarea, la capacidad para resolver problemas, entre otros, son de fundamental relevancia para el desarrollo de actividades y la búsqueda de alternativas para la resolución de situaciones problemáticas, por más mínimas que sean.

Esto aparece muy bien expuesto en el largometraje, mostrando así que el director no se queda estancado solamente en los problemas psicosociales que presentan los alumnos en un curso donde la gran diversidad cultural es tan evidente como importante para el desarrollo mismo del guión. Asimismo, la capacidad para liderar el grupo, coordinar y producir comunicaciones claras por parte del director es un requisito fundamental que el personaje cumple.

Es evidente ver que situaciones como la dubitación acerca de la compra de una cafetera muestra un claro ejemplo de cómo se comparten opiniones e ideas opuestas y semejantes entre pares, respetando los “requisitos” o condiciones que fueron presentados en el párrafo anterior. La misma situación en la que los problemas económicos se encuadran enmarca muchos conceptos en el fondo de gran importancia: la escuela no se encuentra alejada del ámbito externo a ella. El establecimiento se muestra abierto, cuyas justificaciones están resguardadas en las palabras de los docentes, canalizando las demandas compatibilizándolas con sus actividades sustantivas y discriminando el sentido, objeto y carácter de la participación.

Incluso sin adentrarnos en las profundidades del desarrollo estricto del film o, siendo aún más sorprendente, sin siquiera sobrepasar los primeros diez minutos de éste podemos encontrar perfectas conducciones de una reunión cuando los profesores se presentan entre ellos e informan al resto a qué departamento pertenecen y diciendo sus nombres y apellidos. Se presentan a sí mismo y las funciones que desempeñan en la institución. Mucho más adelante, cuando las delegadas alumnas presencian la reunión con el director y los profesores, sin prestar atención alguna durante la misma, se evidencia la inclusión del resto de la comunidad educativa de diferente nivel jerárquico (los alumnos representados por sus delegadas) a la hora de tratar un proyecto, de inspeccionar errores y aciertos, proponer mejoras y conocer los fenómenos que ocurren en el ámbito educativo.

Almandoz resume que “las sociedades se organizan generando formes sociales que dan respuesta a funciones específicas que hacen a su propia conservación y transformación”. También, “Las formaciones sociales tienen matriz histórica y por ser sistemas socialmente construidos no son neutros en términos culturales, sociales y políticos”.

Fotograma “Entre les murs”

En Entre los muros (Entre les murs, en su idioma original) se ha elegido filmar la historia con adolescentes que representen diferentes culturas y personalidades para evidenciar la multiplicidad sociolingüística de la Francia contemporánea; personalidades de por sí completamente disímiles y compartiendo sus riquezas y debilidades dentro de la propia institución, sin por ello dejar de exponer los aspectos más agudos y controversiales de la problemática que cubren los establecimientos educativos como, se ha dicho, un todo.

La diversidad étnica es claramente evidenciable, muy común en las aulas francesas. No sólo podemos hallar estudiantes occidentales, más allá de su color de piel, sino también un estudiante oriental. Muchas veces, se deduce que la multiculturalidad y la inclusión de alumnos que poseen otro lenguaje y otros caracteres sociolingüísticos distintos a los de la mayoría de la clase son un punto en contra para el desarrollo de las capacidades cognitivas del alumno en cuestión (claramente se puede observar en el mejor desempeño del alumno oriental (Wei, interpretado por el joven actor Wei Huang) en áreas matemáticas en contraposición de las materias que utilizan el idioma francés como punto de partida).

Fotograma Entre los muros

Emilio Tenti Fanfani (sociólogo, profesor titular de sociología de la educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires), en su Culturas juveniles y cultura escolar, afirma que en Francia se presenta la particularidad del principio de reciprocidad, es decir, el adolescente tiende a considerar que el respeto debe ser una actitud recíproca y no sólo una obligación de él hacia sus profesores. Así, por ejemplo, la alumna Esmeralda (personificada por Esmeralda Ouertani) impone respeto por parte del profesor hacia ella, justificándose que ella lo tiene hacia él. Grandes discusiones giran en torno a esta particularidad durante el resto del film.

Otro tema interesante para destacar, es el hecho de que en Francia es muy común que los estudiantes elijan ser el tipo ideal de alumno, que cumple con todas las reglas de la escuela, o el tipo “payaso” (según describe Fanfani), que desafían las reglas a costa de ser los más valorados, reconocidos y populares dentro del curso. “Los hijos de los grupos subordinados en muchos casos optan por esta estrategia, en la medida en que les resulta más difícil competir con éxito el juego escolar”. Este rol, en Entre los muros, es interpretado sin ninguna duda por personajes como Cherif (cuyo actor es Cherif Bounaïdja Rachedi) o en su mayor expresión, adentrándose en las problemáticas sociales en su interacción obvia con la mala conducta en clase, por Souleymane (Franck Keïta), dando un gran giro dramático a la obra por su futura situación tras un accidente.

Fotograma Entre los muros

Justamente, es en esta ficción, que simula un documental, donde podemos hallar, como agrupados para ir encontrándolos a medida que el asombro, el disgusto, la esperanza, el desasosiego o la admiración vayan apareciendo en nuestra perspectiva, los puntos más importantes y los fenómenos más significativos con buenos detalles que se plantea en la lectura de textos La docencia: un trabajo de riesgo, Las instituciones educativas (Cara y Seca, elementos para su comprensión) y un sinfín de bibliografías sobre psicopedagogía que vayamos interpretando, en su mirada sobre la escuela como una institución gestado socialmente, donde la relación con el medio es uno de los aspectos que se incluyen en el proyecto institucional, para no caer en muerte por desconocimiento de sus usuarios y por la falta de vínculos con ellos, de accesibilidad e inclusión. De esta manera, como se expresan varios autores que hemos mencionado, “los planos normativos y organizativos no operan como estructuras separadas de aquellos que la componen sino que ellos son los constituyentes básicos”.

El largometraje nos debate hasta cierto punto la posibilidad de una pérdida general de autoridad docente. Una autoridad que busca el respeto, pero jamás se pierde completamente; en rigor, una posible pérdida de autoridad, como se habrá mencionado en un informe pasado, no podría tener una expresión más radical que su intrusión en la esfera prepolítica, donde la autoridad semejaría estar dictada por la naturaleza misma y ser independientes de todos los cambios históricos y de todas las condiciones políticas existentes.

Prof. Hernán R. Gómez para Ensamble de Ideas (c) 2017