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El falso “9” que en casi 20 años jugó sólo unos pocos minutos y nunca hizo un gol.

Carlos Henrique Raposo, apodado el Kaiser por su parecido físico a Franz Beckenbauer, llega al futbol profesional a los 23 años, cuando firma su primer contrato con el Botafogo brasilero, luego de lograr con su carisma y chamuyo, convencer a Mauricio De Oliveira Anastácio, ídolo del club brasileño por ese entonces a que lo representara. Carlos Kaiser, conoció a Oliveira en una discoteca y juntos empezaron a diagramar el currículum de Raposo.

Una de las primeras cosas que hicieron fue apodarlo Kaiser, como se mencionó en el párrafo anterior, también inventaron que era “9” y luego hicieron creer que el jugador había formado parte de la plantilla de Independiente que había salido campeón intercontinental en 1984, debido a la gran similitud en los nombres de Carlos Enrique (sin h) del rojo de avellaneda y el de él, Carlos Henrique. En la actualidad gracias a la internet sería imposible. Así fue como que, con su currículum inventado y con la ayuda de Mauricio firmó su primer contrato profesional.

Ahora, ya en el fogao, Carlos Kaiser tenía que empezar a jugar y demostrar lo que supuestamente era, ¿y cómo lo haría? si realmente no era para nada habilidoso. Su amigo Ricardo Rocha lo describía de la siguiente manera:

“Era un gran amigo, una excelente persona. Pero no sabía ni jugar a la cartas. Tenía un problema con el balón. “

Ricardo Rocha, ex jugador, acerca de Carlos Kaiser.

Al tener que demostrar en alguna situación sus supuestas aptitudes futbolísticas, Carlos Kaiser iniciaba sus entrenamiento y a los 20 minutos fingía una lesión y se retiraba, el jugador siempre conseguía certificados con un médico amigo, y como en aquella época no existían las resonancias magnéticas era mucho mas fácil fingir la lesión, aseguraba Raposo en una entrevista años más tarde. Así lograr estar un año y medio en el Botafogo, hasta que otro amigo, Renato Gaucho lo llevo al Flamengo, donde repetiría sus acciones, por un año más sin jugar un solo minuto, pero cobrando integramente su contrato.

 “El Kaiser era un enemigo del balón. En el entrenamiento le pedía a algún compañero que le pegara una patada y así se iba a la enfermería”.

Renato Gaucho, ex jugador acerca de Carlos Kaiser

Luego de sus inicios en dos equipos importantes de su país local, emigró a México, donde recaló en el Puebla con un contrato a dos años, donde siguió haciendo lo mismo y rescindió su contrato sin haber pisado ni un segundo el verde césped en algún partido oficial (si unos pocos minutos en amistosos). Luego cruzó la frontera y firmó un contrato por seis meses en El Paso Patriots, de los Estados Unidos, donde obviamente no jugó partido alguno.

“Yo firmaba el contrato de riesgo, el más corto, normalmente de unos seis meses. Recibía las primas del contrato y me quedaba allí durante ese periodo, sin jugar”

Carlos Kaiser

Volvió al futbol de Brasil para “jugar” en el Bangú. En ese club Carlos Kaiser estuvo a punto de debutar y jugar su primer partido oficial, pero… La historia es la siguiente:

El jugador obviamente seguía con su estrategia, pero, el dueño del equipo, Castor de Andrade, cansado de que su fichado nunca jugara obligó al entrenador a citarlo y Raposo fue al banco de suplentes. En el partido contra Curitiba Bangú iba perdiendo 2-0, y el técnico decidió hacer un cambio ofensivo para achicar diferencias y ordenó a Carlos Kaiser hacer el calentamiento previo. Sería el debut del Gran Simulador… pero, Raposo sacó un as debajo de la manga, y empezó a pelear con unos hinchas que estaban insultando al equipo y fue expulsado antes de entrar.

Tras esta situación el entrenador fue furioso por el jugador en los vestuarios post partido, pero Raposo ya tenía la respuesta pensada: “Usted es como un segundo padre para mí y no iba a permitir que lo insultarán de esa manera”. Y así logró quedarse en el club y que además le extendieran su contrato. Obviamente Carlos Kaiser ni se acercó de manera oficial al rectángulo verde de 90 x 45 metros aproximadamente durante el resto de su contrato.

La increíble historia de Carlos Kaiser Raposo continúa y consigue lo que muchos otros colegas anhelan… llegar a Europa, siendo contratado por el Ajaccio de la segunda división francesa, gracias a la ayuda de otro amigo que hizo en el futbol Fabio Barrios (Fabinho) quien lo presentó a los directivos del club. En su presentación Raposo volvió a hacer un gran acting. Según sus propias palabras:

«El estadio era pequeño, pero estaba lleno de hinchas. Creía que entraba y saludaba a los simpatizantes pero había infinidad de balones. Teníamos que entrenar. Se iban a dar cuenta de que era horrible. Empecé a agarrar pelota por pelota y se las pateaba a los hinchas mientras al mismo tiempo saludaba y besaba el escudo de la camiseta. Los aficionados enloquecieron. Los dirigentes se agarraban la cabeza porque los hinchas se llevaron de recuerdo todos los balones. Habré pateado unos cincuenta. No quedó ni uno».

Carlos Kaiser Raposo

Pero su amor la esa camiseta no quedó ahí. En el club francés llegó a jugar un partido amistoso por unos 20 minutos aproximadamente, en el primer piqué fingió un desgarró, el DT pidió el cambio, pero él pidió quedarse en el campo de juego por amor a la camiseta, simulando que cojeaba mientras y se tomaba la pierna con ostensible gesto de dolor, los hinchas en las tribunas deliraban por ese jugador, que pese a no tocar un pelota, dejaba todo en la cancha. Su estadía en Córcega duró solo un año a pesar de haber fichado por dos, pero cobrando la totalidad de su contrato.

Luego de su paso por Francia, Carlos Kaiser volvió a Brasil, donde fichó para otros tres equipos: Fluminense (donde jugo solo un par de minutos en cinco partidos en los dos años que estuvo), Vasco da Gama, Palmeiras y América FC, y en todos ellos, siempre fingía lesiones para no jugar.

En Vasco de Gama, cuenta una historia que, tras meses y meses de continuas lesiones, el club pagó a un curandero para que sanase al jugador, pero el kaiser le dio el doble de dinero al pai para continuar con sus mentiras, entonces el pai cuando dio su informe les dijo que el jugador tenía grandes condiciones y que nunca el Vasco tendría una estrella como él, pero que había algo del más allá que lo lesionaba constantemente.

Y siguen las historias de este personaje. Estando en Palmeiras, un día le preguntó a un juvenil cuanto ganaba, este le respondió, a lo que Carlos Kaiser le ofreció el doble para este lo trabara fuerte y lo lesionara, cosa que el juvenil accedió y casi lo quiebra, así después de esa situación Raposo pasó varias veces por la enfermería del club.

Carlos Kaiser era un jugador muy querido en todos los planteles en los que estuvo, quizá, porque siempre contrataba mujeres y las alojaba en los pisos de abajo en los hoteles que hacían los concentraciones, quizá porque con su influencia con los periodistas ayudaba a sus compañeros a que le hicieran notas positivas, además de las que le hacían a él.

Héroe, villano, genio, mentiroso, crack, estafador, eso quedará a consideración del lector. Lo que no cabe duda es que este personaje nos regala una gran anécdota a los amantes del fútbol. Un 9 que en casi veinte años de trayectoria y que pasó por once equipos, no alcanzó a jugar una decena de partidos oficiales y sumando los amistosos rondará en los quince. Debe ser el único 9 de la historia que en 20 años no hizo ni un gol, ni siquiera una asistencia tampoco. Un gran personaje digno de la serie argentina de los 2000, “Los simuladores”, que actualmente se puede ver por Netflix.

En la actualidad, es personal trainer y -consultado hace poco en entrevista acerca de su pasado y sus mentiras- Carlos Kaiser Raposo respondió:

“Los clubes han engañado tanto a los jugadores, que alguna vez alguien tenía que vengarse de ellos.”

Carlos Kaiser Raposo

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3. en:https://theobjective.com/elsubjetivo/ “el-falso-nueve El falso nueve” 30 de abril de 2019 por José María Albert de Paco ¹

   Introducción

   En la historia del fútbol hay varios jugadores que se convirtieron en leyenda gracias a sus brillantes carreras llenas de títulos, partidos jugados y goles, hasta convertirse en ídolos. Pero hay uno sólo que se convirtió en leyenda habiendo jugado únicamente un puñado de partidos oficiales -ninguno completo-, más otros pocos amistosos en sus casi 20 años de carrera y luego de haber pasado por una decena de equipos, muchos de ellos importantes, tanto de Europa como de América. Hablamos de Carlos Henrique “Kaiser” Raposo.

   Todos los jugadores se frustran al no estar como titulares, y más aún si ni van al banco de suplementes, pero Carlos Kaiser era feliz si eso pasaba. No le importaba jugar, sino la vida que el fútbol le permitiría: dinero, fama, fiestas, mujeres. En realidad Henrique no era para nada virtuoso con la pelota en los pies, su gran virtud era el carisma para engañar a los dirigentes para que lo contrataran sin haberlo visto jugar y fingir constantemente lesiones. ¡Créase o no!.

   La historia de Carlos Henrique Raposo, El Kaiser